10 de agosto de 2011

Grecia, el nuevo fracaso del FMI

Por Raúl de Sagastizabal

El fracaso del Fondo, paso a paso

Lunes 8 de marzo de 2010. El Director del FMI dijo que Grecia no necesita un rescate del Fondo. Dominique Strauss-Kahn cree que Grecia resolverá su crisis de la deuda sin ayuda del rescate del Fondo, y descartó hoy los temores de que otras economías europeas queden atrapadas por la crisis.

El personal técnico del FMI llega a un entendimiento con Grecia para suscribir un Acuerdo Stand-By por €30.000 millones

Comunicado de Prensa No. 10/176 (S)[i]

2 de mayo de 2010

El Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, emitió hoy la siguiente declaración con respecto a Grecia:

“Con el objeto de apoyar los esfuerzos de Grecia para reencauzar su economía, los miembros de la zona del euro han comprometido préstamos bilaterales por un total de €80.000 millones (alrededor de US$105.000 millones). Una misión de funcionarios técnicos del FMI, en consulta con representantes de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo, también llegó hoy a un entendimiento con las autoridades griegas para respaldar ese programa mediante un Acuerdo Stand-By de tres años por un monto de DEG 26.000 millones (alrededor de €30.000 millones, equivalentes a US$40.000 millones). Nuestro compromiso conjunto elevará el financiamiento total a €110.000 millones (alrededor de US$145.000 millones).”

 “Creemos que estas contundentes medidas por parte del gobierno griego, junto con el riesgo significativo de que la actual situación genere efectos secundarios en otros países, justifican un nivel excepcional de acceso a los recursos del FMI, equivalente al 3.200% de la cuota de Grecia en la institución. Esta cifra representa el mayor acceso otorgado a un país miembro y es indicativa del alto nivel de respaldo del FMI para el programa y para Grecia.”

“El éxito del programa de recuperación de Grecia dependerá, ante todo, del compromiso de su gobierno y de su pueblo. Si bien el período inicial de implementación será difícil, confiamos en que, una vez superada la crisis, la economía será más dinámica y más robusta y podrá generar el nivel de crecimiento, empleo y prosperidad que el país necesita para el futuro.

Un año después, no un siglo después, según el propio FMI Grecia necesita un nuevo paquete de rescate adicional de EUR 71.000 millones de la Unión Europea y otros EUR 33.000 millones de prestamista privados.

© 2011 International Monetary Fund (Julio de 2011)
Informe de país del FMI 11/175[ii]

Grecia, Cuarta revisión en el marco del Acuerdo de Derecho de Giro y solicitud de modificación y dispensa respecto a la aplicabilidad de los criterios de desempeño.

E. Financiamiento externo.

36. Las autoridades reconocen que necesitan financiamiento externo adicional para respaldar la implementación de su programa de políticas (…) A la luz de las actuales dificultades para obtener financiamiento es improbable que Grecia pueda recuperar el acceso a los mercados privados a comienzos de 2012, como inicialmente se preveía en el marco del programa. Si bien los significativos esfuerzos de las autoridades en materia de privatizaciones podrían ayudar a reducir las necesidades de financiamiento, persistirá una brecha al respecto de alrededor de €70.000 millones al final del período del programa (mediados de 2013). (Esta cifra podría aumentar hasta llegar a un total de €104.000 millones a mediados de 2014) si el acceso a los mercados se demora debido a la necesidad de demostrar mayores avances en materia de ajustes fiscal y macroeconómico). Tales recursos se distribuyen a lo largo del periodo del programa, pero con un importante aporte al inicio debido a las necesidades de financiamiento adicional estimadas para que el Fondo de Estabilidad Financiera (FSF) pueda mejorar el perfil de la deuda de Grecia y las perspectivas de retorno al mercado. Sin embargo este enfoque puede provocar pérdidas en los balances de los bancos griegos, que requerirían entonces financiamiento extra del FSF (…). En el diseño de una operación de deuda debe confrontarse además la necesidad de preservar la elegibilidad de los bancos griegos para recibir financiamiento del Banco Central Europeo (ECB) con la necesidad de minimizar efectos de propagación. Esos factores han llevado a los encargados de formular las políticas europeas a procurar un programa voluntario, que no implicaría un “evento de crédito” o una rebaja de calificación, en lugar de un incumplimiento selectivo (aunque puede que no sea posible evitar este último al menos con carácter temporal).

56. A Grecia le tomará más tiempo recuperar el acceso a los mercados, por lo que necesitará respaldo externo adicional. Los estados miembros de la zona del euro han acordado proporcionarlo. Sin embargo, el debate público que se ha suscitado en Europa sobre tema —y sobre el papel de la participación del sector privado (PSI) — ha sido un escollo importante para lograr la confianza necesaria en el programa.

Antes de esto, en abril, The Wall Street Journal (WSJ) (16 de abril de 2011) publicaba:

El FMI cree que Grecia debería considerar la reestructuración de su deuda en 2012.[iii]

El FMI cree que la deuda griega es insostenible y ha dicho a gobiernos europeos y autoridades del Banco Central Europeo que Atenas debería considerar la reestructuración de su deuda el año próximo, dijeron el sábado tres técnicos familiarizados con el tema.

Por su parte el vocero del FMI William Murray negó que el FMI estuviera recomendando una restructuración de la deuda griega.

Y en junio (7 de junio de 2011), el WSJ publicó:

Funcionario del FMI se pronuncia contra la reestructuración de la deuda griega.[iv]

Un oficial del Fondo Monetario Internacional sostuvo el jueves que la reestructuración de la deuda griega —o cualquier otra reorganización de la gigantesca carga de la deuda de ese país— podría desatar para Europa consecuencias peligrosas e incontrolables.

En su alocución ante una conferencia del sector bancario, Bob Traa, el oficial residente de más alta jerarquía del FMI en Grecia rechazó las recientes sugerencias de una reestructuración “suave” de la deuda griega, o de una reprogramación o renovación de plazos.

“En lugar de ello Grecia deber continuar su programa de reforma fiscal y económica”.

Ahora, pocos días atrás, (8 de julio de 2011) Christine Lagarde, la nueva Directora Gerente del FMI dijo que el Fondo liberará otros €3.200 millones para Grecia como parte del multibillonario rescate del FMI y la Unión Europea.”

“Lagarde dijo que Grecia ha hecho ‘algunos progresos’ en relación con sus reformas económicas y que el FMI prevé que el país vuelva a un crecimiento económico positivo el año próximo.”

“El déficit fiscal se está reduciendo, la economías se está reequilibrando y la competitividad mejora gradualmente’, aunque ‘es necesario un ajuste fiscal que perdure.”

Lagarde dijo que el plan del Gobierno de vender activos por 50.000 millones de euros a más tardar en 2015 es un ‘paso crítico’ para reducir la deuda y estimular el crecimiento.

Según el personal del FMI Grecia necesitará alrededor de €104.000 de aquí a mediados de 2014, incluso con un plan de privatizaciones exitoso; plan que tendrá lugar según Lagarde a más tardar en 2015.

Algunos técnicos del Fondo mantienen que la deuda griega es insostenible y han dicho en privado a los gobiernos europeos y a autoridades del Banco Central Europeo que Atenas debería considerar una reestructuración de deudas el año próximo, otros funcionarios del Fondo rechazan, en público, cualquier posibilidad en ese sentido, incluso una reestructuración “suave”.[v]

La Directora Lagarde dijo que Grecia ha hecho progresos y que espera que el país tenga resultados positivos el año próximo.

Es difícil reconciliar tantas contradicciones, y también es difícil reconocer que hablan del mismo país. ¿Cómo podría estar mejor el año próximo un país que necesita otros 104.000 millones de euros sólo para cumplir los pagos de sus deudas?

Tanto DSK como Christine Lagarde y otros funcionarios del FMI hacen estas declaraciones en entrevistas y conferencias de prensa, sin embargo nadie les pregunta cómo evaluaron que no era necesario un rescate, y apenas dos meses después concedieron a Grecia un multimillonario rescate, alegando que era suficiente para resolver los problemas del país, y apenas un año después estiman que es necesario otro rescate de similar escala.

¿Alguien recordará las cosas que el FMI fue diciendo y recomendando, en público y en privado, sobre la gravísima crisis griega? ¿Alguien les preguntará al respecto?



[v] En mi opinión Grecia tiene sólo dos opciones: el default o la reestructuración de deudas; esta última es su mejor opción y cuanto antes mejor.

Artículo publicado en:

Politica Press

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Acampada Internacional

Greece, the new failure of the IMF

By Raul de Sagastizabal

The new IMF failure, step by step

Monday 8 March 2010. The IMF Director said that Greece does not need an IMF bailout. He believes Greece resolve its debt crisis without an IMF bailout, and today dismissed fears that other European nations will be engulfed by the crisis.
IMF Reaches Staff-level Agreement with Greece on €30 Billion Stand-By Arrangement
Press Release No. 10/176[i]
May 2, 2010
Mr. Dominique Strauss-Kahn (DSK), Managing Director of the International Monetary Fund (IMF) issued the following statement today on Greece:
 “To support Greece’s effort to get its economy back on track the Euro Area members have pledged a total of €80 billion (about US$105 billion) in bilateral loans. An IMF staff mission, in consultation with representatives  from the European Commission and the European Central Bank, also reached agreement today with the Greek authorities to support this program with a three-year SDR 26 billion (about €30 billion; or US$40 billion) Stand-By Arrangement. Our joint commitment will bring total financing to €110 billion (about US$145 billion).”
“We believe these strong measures by the Greek government, along with the significant risks of spillover to other countries, merit an exceptional level of access to IMF resources—equivalent to 3200 percent of Greece’s quota in the Fund. This represents the largest access granted to a member country and it indicates the Fund’s high level of support for the program and for Greece.”
“The success of Greece’s recovery program will depend, first and foremost, on the commitment of its government and people. While the initial implementation period will be difficult, we are confident that the economy will emerge more dynamic and robust from this crisis—and able to deliver the growth, jobs and prosperity that the country needs for the future.
A year later, not a century later, the IMF said that Greece needs a new bailout package.  The IMF acknowledged that an additional EUR 71 billion in European Union aid and EUR 33 billion from private creditors is needed.
© 2011 International Monetary Fund July 2011
IMF Country Report No. 11/175[ii]
Greece: Fourth Review under the Stand-By Arrangement and Request for Modification and Waiver of Applicability of Performance Criteria.
E. External Financing
36. The authorities recognized a need for additional external financing to support implementation of their policy program (…). In light of the current difficult financing circumstances, Greece would be unlikely to regain private market access by early 2012, as initially envisaged under the program. While the authorities’ significant privatization effort would help to reduce financing needs, a residual gap of about €70 billion would remain through the end of the program period (mid-2013). (This could rise perhaps to a total of €104 billion through mid-2014 if market access is further delayed by a need to demonstrate a more advanced state of fiscal and macroeconomic adjustment). The additional needed amounts are spread across the program period, but some front loading is likely due to the additional estimated funding needs for the FSF [Financial Stability Fund] can improve Greece’s debt service profile and prospects to return to the market. The approach may, however, crystallize losses on Greek banks’ balance sheets, necessitating extra funding for the FSF (…). The design of a debt operation must also confront the need to preserve Greek banks’ eligibility for ECB refinance and minimize spillovers. These factors have led European policymakers to seek a voluntary scheme that would not involve a credit event or a ratings downgrade to selective default (although it may not be possible to avoid the latter on a temporary basis).
56. Greece will take longer to regain capital market access, necessitating additional external support. Euro area member states have agreed to provide this. Still, the very public debate in Europe over this issue—and about the role of PSI [private sector involvement] —has been a major problem for securing confidence around the program.
Before that, The Wall Street Journal (16 April 2011) posted:
IMF Believes Greece Should Consider Debt Restructuring By 2012[iii]
“The International Monetary Fund believes Greece’s debt is unsustainable and has told European government and central bank officials that Athens should consider restructuring by next year, three people familiar with the situation said Saturday.”
IMF spokesman William Murray denied the IMF was recommending a restructuring of all Greek debt.
And in June (June 7, 2011), the WSJ published:
The IMF Official Warns Against Greek Debt Restructuring.[iv]
Talk about a Greek debt restructuring—or any other reorganization of the country’s giant debt burden—could unleash dangerous and uncontrolled consequences for Europe, a senior International Monetary Fund official said Tuesday.
Speaking at a banking conference, Bob Traa, the senior resident officer for the IMF in Greece, rejected recent suggestions of a so-called soft restructuring of the country’s debt, including a reprofiling or rollover of that debt.
Instead, Greece must continue with its fiscal and economic program.
And now, few days ago (8 July 2011), Christine Lagarde, the new Managing Director said that the IMF it will release a further €3.2 billion of funds to Greece as part of the multi-billion euro IMF/EU bailout deal for the country.
“Lagarde said that Greece has made ‘some progress’ with regard its economic reforms, and the IMF said that it expected the country to return to positive economic growth in the first six months of next year.”
“The fiscal deficit is being reduced, the economy is rebalancing, and competitiveness is gradually improving,’ but ‘A durable fiscal adjustment is needed.”
Lagarde said the government’s plan to sell 50 billion euros of assets by 2015 is a ‘critical step’ in reducing debt and spurring growth.
According to the IMF staff Greece will need around €104 billion through mid-2014, even with a successful privatization program, which will take place according to Mrs. Lagarde by 2015.
Some IMF officers said that Greece’s debt is unsustainable and told European government and central bank officials, in private, that Athens should consider restructuring by next year; others, in public, rejected even a so-called soft restructuring of the country’s debt.[v]
Mrs. Lagarde said that Greece had made some progress, and it is expected the country will have positive results the next year.
It is difficult to reconcile so many contradictions, as well as admitting they are speaking about the same country. How could be better next year a country which will need another €104 billion euros in aid just to meet their debt payments?
DSK, Christine Lagarde and other IMF Senior officers made such statements in public, in interviews or press conferences, however, nobody asks them how they evaluated that Greece did not need a bailout, and just two months later they granted to this country a multi-billion bailout package, considering that it would be enough to solve de Greece troubles, and then, just one year later estimate that Athens requires another multi-billion bailout.
Will anyone remember the things that the IMF was saying and advising, in public and in private, about the severe Greece crisis? Will anyone ask them about it?


[v] In my opinion Greece has only two options: default or debt restructuring. The latter is her best option. The sooner, the better.
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Global Crisis News

Indymedia London (Inglaterra)

5 de agosto de 2011

Europa al borde del colapso

Por Raúl de Sagastizabal

Europa está al borde del colapso y en consecuencia el mundo está otra vez en el tembladeral. Es que ya no se trata de Grecia, sino de Europa, y si Europa se desploma, los impactos llegarán a todos los rincones del planeta. Aunque se salve Alemania, que es a lo que apuesta; o Francia.

La escala del impacto es impredecible, pero potencialmente peor que la de la reciente crisis de los activos tóxicos.

El bloque europeo es la segunda economía mundial, el primer socio comercial de China, el mayor importador de energía rusa y el primer comprador de materias primas de alta calidad (mantiene todavía la cuota Hilton, que es la carne más cara del mundo). En todas las plazas del mundo hay tenedores de deuda europea y muchos países mantienen parte de sus reservas en euros. China, por ejemplo, tiene la cuarta parte de sus reservas en esa moneda y es tenedor de grandes cantidades de bonos griegos, portugueses y españoles.

Sin reestructuración de deudas, con una quita importante y con vencimientos a más largo plazo, Grecia no podrá cumplir sus compromisos, al igual que el resto de las economías sobreendeudadas de la periferia europea; Irlanda, Portugal, España e Italia, con la consiguiente propagación al resto de Europa, incluso sobre los países más fuertes.

La ilusión de apagar el incendio prorrogando los vencimientos de deudas, es apenas eso, una ilusión. Sin quita, pública y privada, y además prórroga de plazos, el default y la debacle están a la vuelta de la esquina.

¿Qué significa una reestructuración de deudas? Significa la renegociación de deudas frente a la imposibilidad de pago. En este caso se trata de incumplimiento de pagos soberanos (default soberano). Un país le dice a sus acreedores que no puede pagar lo que debe y que hay dos opciones: no paga y entra en cesación de pagos, lo que es una quiebra lisa y llana, o renegocia la deuda, es decir negocia una quita y paga menos de lo que debe, y con otros plazos. ¿Cuánto menos? Depende del caso, puede pagar un porcentaje de lo que debe con los mismos plazos de vencimiento, o un porcentaje mayor a plazos más largos, o incluso pagar toda la deuda pero a plazos todavía más largos.

Esta última solución no es viable para el caso griego, con crecimiento real del PIB negativo, déficit fiscal y de balanza comercial, entre otros indicadores negativos, no hay posibilidad de pagar una deuda que supera el 150% del PIB, ni siquiera en un futuro lejano.

En la Cumbre del G-20 en Londres, en abril de 2009, cuyo dudoso mérito fue el rescate de la banca privada con dineros públicos, el mundo en desarrollo se compró la idea de que lo peor había pasado –y los países emergentes se compraron la idea de que esta vez salieron indemnes de la crisis– y que bastaría con medidas locales para mitigar los impactos. Las promesas comunes de regular la actividad financiera y prohibir las operaciones puramente especulativas quedaron en algún pasillo de Londres. Estas operaciones están hoy en el centro del incendio europeo.

Europa perdió la oportunidad de evitar la crisis de hoy. El bloque europeo era el único espacio que podía regular a tiempo y en bloque la actividad financiera, controlar o impedir la compra de deudas soberanas por inversionistas privados, prohibir la calificación de deudas soberanas por calificadoras de riesgos denunciadas por calificar fraudulentamente como AAA los bonos tóxicos que se desplomaron a partir de 2007, al tiempo que aconsejaba comprar seguros de incumplimiento contra esos mismos bonos; controlar la salida de capitales e incluso imponer algún impuesto a ese sector para crear un fondo propio de recompra de deuda pública y/o de eventuales rescates soberanos, y propulsar programas de ajuste y reforma viables, de mediano y largo plazo. Estas medidas, casi de manual, eran más que nada medidas de supervivencia.

En lugar de ello primaron las individualidades, la competencia y la especulación y conveniencia políticas y los países fuertes impusieron un escenario de sálvese quien pueda, adoptando medidas unilaterales e imponiendo condiciones hacia el resto del bloque. Alemania prohibió hace un año las operaciones en corto, por ejemplo; Italia lo hizo recién la semana pasada. Si Alemania puede imponer su voluntad a la hora de exigir programas de ajuste, ¿por qué no imponerla para regular en bloque, evitando que la especulación saltara a plazas no reguladas? Alemania no es Europa, dicen algunos; Francia tampoco, dicen otros.

Recién la semana pasada el Parlamento Europeo aprobó medidas de regulación de los mercados de productos derivados y seguros de impago, indemnizaciones a inversores privados víctimas de empresas de inversión fraudulentas, ventas en corto (práctica financiera especulativa sobre compraventa de activos cuyo precio se descuenta que va a caer), compra de seguros contra el incumplimiento de pago por inversores o entidades que posean bonos públicos relacionados con estos seguros o con acciones de empresas cuyos resultados dependan de la evolución de los títulos públicos y las operaciones over-the-counter (compraventas de derivados entre dos partes sin intermediación, que en 2009 especularon nada menos que con 400.000 millones de euros), pero estas medidas no están vigentes; deben ser aprobadas por el Consejo de la Unión Europea. Tampoco a este respecto hay consenso entre los miembros; algunos rechazan una regulación general de este tipo, de modo que nadie sabe cuando, o incluso si alguna vez, dichas medidas entrarán en vigor.

Y en cuanto a los programas de apoyo a los países en problemas, primero los obligaron a arreglarse como pudieran, sobreendeudándose hasta límites insostenibles, y luego condicionaron su apoyo a la aplicación de programas de ajuste con profundas consecuencias sociales que llevará años revertir, y que impactan además en el resto de Europa.  No estamos diciendo que Alemania, Francia u Holanda debían prestar a esos países sin condiciones; estos últimos tendrían que mejorar sus indicadores y gastar con más cuidado, sin duda, pero no en el marco de programas inviables, que empeoraron la situación y engrosaron sus deudas.

La deuda griega, por ejemplo, debió reestructurarse el año pasado, cuando ya se sabía que era impagable, y cuando el país y toda la euro zona estaban en mejores condiciones para renegociar con bancos e inversionistas. Por el contrario, optaron por un paquete de rescate de 110.000 millones de euros. Desde entonces los grandes de Europa, con el consejo del FMI, han estado evaluando –especulando– las consecuencias para sus propias economías y sus propios bancos de dejar quebrar a Grecia o rescatarla. Ahora es tarde. Ya no se trata de Grecia. Si Grecia quiebra caerán también otros países de la periferia del sur; y si se reestructura la deuda griega esos otros países reclamarán también la reestructuración de sus propias deudas. Pese a esta realidad Alemania, Francia y los socios del Norte siguen evaluando la conveniencia de la reestructuración de la deuda helena, con algún otro nombre, para esquivar el fantasma del contagio; como si a estas alturas el eufemismo sirviera para algo. Por ahora están enfrentados respecto a una reprogramación selectiva, la recompra soberana y la participación coercitiva o voluntaria de los tenedores privados.
Y para el resto de los sobreendeudados los ministros de Finanzas de la euro zona firmaron estos días el tratado de creación de un fondo de rescate permanente, de 700.000 millones de dólares, algo así como un Fondo Monetario Internacional europeo, que requiere para su vigencia la modificación del Tratado de la UE y la ratificación de los países miembros. Su cometido es asistir a países en dificultades financieras a partir del 1 de julio de 2013.

¿2013? En la crisis de la euro zona hablar de 2013 es hablar de otro siglo. Los europeos siguen jugando con el tiempo, como si con el paso del tiempo, algo, las fuerzas del mercado tal vez, resolverán mágicamente sus problemas.

Las varitas mágicas no existen. Y quizá el tiempo cure penas, pero ciertamente no apaga incendios. Sin reestructuración de deudas el colapso europeo está a la vuelta de la esquina y se llevará consigo la incipiente y dispar recuperación de la economía mundial. Europa no juega con tiempo, juega con fuego.

Montevideo, Julio de 2011

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Europe on the brink of collapse

By Raúl de Sagastizabal

Europe is on the verge of collapsing and the world is again in the quagmire, the reason being Europe, rather than just Greece, is the planet’s soft belly, and the impact of Europe’s eventual downfall would make itself felt throughout the world, even if Germany, or France, could somehow be spared.

The scale of impact is unpredictable, but potentially worse than that of the recent toxic assets crisis.

The European block is the second largest economy, the first trade partner of China, the largest importer of Russian energy and the first buyer of high quality raw materials (it still holds the Hilton quota, the world's most expensive meat quota). All over the world European debtholders and many states maintain their reserves in euros. China, for example, has 1/4 of its reserves in such currency and holds a large amount of Greek, Portuguese and Spanish debt bonds.

Without debt restructuring efforts involving important debt amount reductions and extended maturities, Greece will not be able to meet her commitments, just like the rest of Europe’s debt-overhung Europe’s peripheric economies -- Ireland, Portugal, Spain, and Italy, and the effects would certainly contaminate the rest of Europe including the region’s strongest economies
.
The illusion of dampening the fire by deferring debt maturities, is just that-- a chimera. Unless public and private bondholders’ debts be reduced and longer maturities be granted, default and meltdown are around the corner.

Debt restructuring means debt renegotiation of debts on behalf of those unable to honor them. In case of default it entails sovereign default. A country notifies her debtors he’s unable to pay and goes into default, outright failure, or proposes to renegotiate her debt and pay less or get extended deadlines. Amount reductions may involve paying a percentage of the original debt, or the original amount during a longer period, or even paying one’s whole debt in longer periods.

The latter solution is not available to Greece, With negative real GDP growth, fiscal and trade balance deficits, among other negative indicators, the country is unable to pay a debt exceeding 150% of GDP, even in a far off future.

In the April 2009 London G-20 summit, whose dubious merit was the rescue of private banks with public money, the developing world bought the idea that the worst was over - and emerging countries bought the idea that this time they would emerge unscathed from the crisis just by adopting local measures to mitigate the domestic impacts. The customary Commitments to regulate financial activity and prohibit purely speculative operations were once again heard at the summit, in London, and such formulae are now at the center of the European blistering scenario.

Europe lost the opportunity to avoid the current crisis. The block was the only space where you could have regulated and blocked financial activity; controlled or prevented purchase of sovereign debt by private investors; prohibited sovereign debt rating by risk rating entities in conditions such as those of reportedly fraudulent qualifications of toxic bonds as AAA, which collapsed from 2007 on, simultaneously with recommendations to purchase default swaps against those very bonds; capital flight control, and even tax the sector itself to create a sovereign debt buyback fund and / or even for future bailouts and to propel viable adjustment and reform mid-and long term programs. Such elementary measures would have been, at least, survival plans.

However, individuality, competence, speculation and political expediency prevailed, and the stronger countries imposed an every man for himself scene by taking unilateral measures and forcing conditions on the rest of the block. A year ago Germany, for example, banned short sellings, and Italy followed suit just last week. If Germany can impose adjustment programs to the whole block, why not imposing financial regulation, thus preventing speculators from jumping from one market to another, nonregulated one? Germany is not Europe, some people say. Neither is France, others say.

Just last week the European Parliament approved measures to regulate derivatives markets and credit default swaps, compensate private investors victimized by fraudulent investment firms, short selling (the practice of trading speculative financial assets at large discounts), purchase of credit default swaps by investors or entities holding bonds related to such swaps or with related companies whose results depend on the evolution of government securities, and over-the-counter transactions (speculative purchases between two parties without mediation, which in 2009 moved at least 400,000 million euros), but such measures are not effective unless approved by the Council of the European Union. Again there is no consensus between the members, some of which, mainly the biggest ones, squarely reject any regulation. So, nobody knows when such approval will take place, if ever.

As for support programs for countries in trouble, forced to fend for themselves, indebted to unsustainable levels, and then “supported” on condition to the implementation of adjustment programs with severe social consequences that take years to reverse and impact on the rest of Europe. We're not saying that Germany, France or The Netherlands should unconditionally bail out such debtor countries --they should certainly have to improve their indicators and spend more carefully--, but not in the context of nonviable programs such as those that have worsened their situation and swollen their debts.

The Greek debt, for example, needed restructuring last year, when it was known to be impossible to meet, and the country and the entire euro area were in a better position to renegotiate with banks and investors. Instead, Greece was coerced to implement a bailout package of 110,000 million euros, the largest in Europe. Since then, creditors, with IMF advice,, they have been evaluating and speculating on the consequences for their economies and banks of letting Greece go bankrupt or rescuing her. Now it is too late. It is not Greece. Greece’s bankruptcy would also prompt the failure of other countries in the Southern periphery, and if Greek debt restructuring occurs such other countries would also be called to accept debt-restructuring plans. Despite this reality, Germany, France and their Northern partners continue to consider the convenience of restructuring the Greek debt, under some other denomination, to avoid the specter of contagion, seemingly believing such euphemism makes any difference whatsoever at this stage, considering each of them is implementing selective sovereign-debt reprogramming or repurchasing programs, with compulsory or voluntary participation of private paper holders.

As for the rest of the indebted countries the Finance Ministers of the European area have just signed a treaty creating a permanent 700,000 million dollars bailout fund, kind of an European International Monetary Fund, which in fact requires the amendment of the Union Treaty and ratification by the member countries. Its purpose is to assist countries in financial difficulties from July 1, 2013.

2013? For the euro zone crisis, 2013 is kind of another century, if anything. Europeans keep playing for time, as somehow their problems might magically be solved.

There are no magic wands. Time may heals wounds, but certainly does not extinguish fires. Without debt restructuring and financial regulation, the collapse of Europe is just around the corner and will quash the uneven and incipient global economy recovery. Europe is not playing with time, it is playing with fire.

Montevideo, July 2011

Posted in Spanish and English in http://www.politicapress.com/

Global Crisis News

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29 de septiembre de 2009

Cumbre del G-20 en Pittsburg – “Algunos ignoran las lecciones de la crisis”

En realidad, muchos están malinterpretando este momento e ignorando las lecciones que dejaron las crisis del pasado.
Un compromiso común –y una disputa– están en la agenda del G-20 en Pittsburg.
El compromiso es demasiado vago, como las promesas formuladas en Londres: mantener los paquetes de estímulo fiscal para sostener la frágil recuperación económica, y continuar implementando medidas coordinadas para sentar las bases de un crecimiento sustentable y evitar la repetición de crisis financieras como la que hoy nos agobia.

Recordemos que las “medidas coordinadas” acordadas en Londres se redujeron a grandes paquetes de rescate del sistema bancario y financiero, y medidas de estímulo fiscal para fomentar el consumo interno, que cada país aplicó a su manera y con diferentes grados de éxito.

Y tengamos en cuenta que en estos meses, en contra del compromiso asumido, los miembros del G-20 han adoptado más de 100 medidas proteccionistas y que más del 90% de los bienes comerciados en el mundo han sido afectados por algún tipo de medida de ese género.

A la luz de lo anterior, poco debemos esperar de este nuevo compromiso, en cuanto al futuro de la cooperación mundial y la solución de problemas urgentes y cruciales, como el desempleo, el hambre y la miseria, sobre todo para los pequeños países en desarrollo.

La disputa, en cambio, es concreta. Está en debate si efectivamente se regulará la actividad financiera. Europa pretende imponer reformas concertadas, y el Presidente Obama se limita, por ahora, a pedir a Wall Street que modifique por si mismo sus prácticas de negocios.

Sorprende que se dude siquiera sobre la necesidad de imponer reformas. Nadie puede ignorar a esta altura que las oscuras prácticas del sector financiero llevaron al mundo a este desastre colectivo.

Nada más elocuente al respecto que las palabras del Dr. Joseph Stiglitz, formuladas hace un año:

“La crisis financiera es fruto de la deshonestidad, es fruto de prácticas deshonestas de las instituciones financieras y de incompetencia de los responsables de la adopción de políticas.

No hemos acostumbrado a la hipocresía. Los banqueros rechazan cualquier sugerencia de que sus actividades deben ser reguladas, así como cualquier medida antimonopolio, pero, cuando surgen problemas, rápidamente exigen la intervención estatal: alegan que deben ser rescatados, que son demasiado grandes y demasiado importantes como para que los dejen caer”.

Años atrás, cuando tuvieron lugar las crisis de los países en desarrollo y de las economías emergentes, se debatió largamente sobre el “riesgo moral” que creaban los programas de asistencia de emergencia del FMI a esos países en crisis.

Se sostenía que el “rescate” del FMI entrañaba riesgo moral, es decir, el riesgo de que los países se sobre-endeudaran nuevamente o manejaran sus economías de manera imprudente y riesgosa y acabaran en otra crisis, porque descontaban que si las cosas iban mal el Fondo los rescataría. Corresponde agregar que esa asistencia del FMI venía condicionada a la aplicación de programas de ajuste y reforma, además del reembolso de los préstamos pertinentes.

Durante la crisis argentina, en 2002, Anne Krueger, Primera Subdirectora Gerente del FMI, impulsó la idea de que los países podían quebrar:

“El incumplimiento de los pagos siempre es doloroso, tanto para los deudores como para los acreedores. Y así debe ser. Los países –como las empresas y los particulares– deben pagar sus deudas y sufrir cuando no lo hacen”.

Los banqueros de hoy están en mucha mejor situación que aquellos países en crisis; ni siquiera tienen que aplicar programas de ajuste. Fueron rescatados porque nadie se atrevía siquiera a imaginar un mundo de quiebras financieras masivas, ni la manera de lidiar con ellas.

El mensaje a las instituciones financieras fue que efectivamente éstas son demasiado grandes como para dejarlas quebrar y que no sufrirán las consecuencias de sus malos negocios, aun si reinciden. El dinero del rescate llegó también sin condiciones. De hecho, en Estados Unidos en 2008, los nueve bancos más grandes que recibieron en conjunto US$175.000 millones provenientes de programas de rescate pagados con dinero de los contribuyentes, destinaron US$32.600 millones de ese dinero al pago de remuneraciones, principalmente de sus ejecutivos superiores. Esta suma es equivalente al total de la deuda externa de los llamados países pobres muy endeudados (PPME).

Tras los rescates el sector financiero aparece más fuerte que nunca, rechaza de plano toda medida de regulación, y emprende caminos oscuros para evitarla.

Un grupo de 45 ejecutivos vinculados al banco británico Barclays trabajará para una sociedad recién creada en las Islas Caimán ante el temor de que la Unión Europea imponga límites a las retribuciones de los banqueros. A través de este exótico ejercicio de ingeniería financiera la nueva compañía, llamada Protium y vinculada al Barclays, gestionará activos tóxicos de dicho banco por valor de US$12.300 millones.

Y esos banqueros no son los únicos, docenas de ejecutivos de bancos franceses abandonan Société Générale para establecer un nuevo fondo de cobertura (Nexar Capital), en respuesta a la presión sobre los bancos franceses para imponer límites a las remuneraciones de sus ejecutivos. Una fuente interna de Société Générale sostuvo que el actual contexto político podría producir la migración de los financistas más importantes desde los grandes bancos a otras jurisdicciones donde puedan dictar sus propias políticas sobre remuneraciones.

El Primer Ministro Gordon Brown, del Reino Unido, dijo al respecto que estaba "azorado" frente al comportamiento de algunas instituciones financieras que siguen adelante –e incluso profundizan– su “cultura” de remuneraciones.

Siete países europeos, por su parte, se dirigieron a los líderes del G-20 reclamando que se adopten medidas concertadas para imponer estrictos límites a las remuneraciones de los ejecutivos bancarios, y evitar así que reanuden las prácticas destructivas de antes de la crisis, y señalaron expresamente: “Tenemos que ser muy claros: ese comportamiento es no sólo peligroso e indecente, sino además, cínico e inaceptable. Es una bofetada en el rostro de las personas que están perdiendo sus empleos”.

Y el Secretario General de la Confederación Sindical Internacional, Guy Ryder, expresó: “Los líderes políticos necesitan hacer mucho más que condenar ese tipo de comportamiento. Es preciso que muestren al mundo que están preparados para gobernar en interés de todos”.

Es poco probable que eso ocurra en Pittsburg.

Raúl de Sagastizabal
Consultor internacional
Montevideo, 21 de septiembre de 2009

El presente artículo ha sido publicado en:

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